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Transporte Total COP 0No todas las islas del archipielago tienen alas. Pao Pao sí.
Desde que se avista la isla en el horizonte, las primeras en recibir al visitante no son personas, sino las fragatas, ellas aparecen primero: planean alto, sin esfuerzo, marcando la bienvenida a todos los visitantes. Pao Pao es un lugar donde el paisaje no solo se mira: se escucha, se respeta, se comparte.
Aquí, el avistamiento de aves en Cartagena deja de ser una actividad puntual y se convierte en una forma distinta de estar. Esta isla no ofrece espectáculo: ofrece presencia. Y quienes la visitan, rara vez se van igual.
Pao Pao es un santuario de mar, naturaleza y vuelo. Un pasadía aquí no se parece a ningún otro. Un alojamiento en la isla no es solo descanso: es una manera de ver el mundo con más calma, más conexiòn, más intención.
En Pao Pao no hay jaulas, ni circuitos turísticos diseñados para buscar aves. Lo que hay es libertad. Silencio. Ritmo natural.
Pao Pao es un lugar donde basta con mirar al cielo —o a los manglares— para entender por qué esta isla es uno de los mejores puntos de avistamiento de aves en Colombia.
Pao Pao no solo tiene aves. Tiene una comunidad alada diversa y activa, que cambia con las horas del día y las estaciones del año. Algunas especies son residentes fieles; otras, visitantes estacionales que transforman el paisaje por unos días y luego siguen su ruta. Todas, sin excepción, hacen parte de una isla donde la naturaleza no se interrumpe.
Entre las más visibles está la fragata magnífica, que domina los cielos con su vuelo suspendido y majestuoso. Muy cerca, la maría mulata pone el sonido con su canto agudo y su andar curioso. El pelícano pardo sobrevuela la costa y se zambulle con precisión, mientras que la garza blanca, la garza tricolor y la garza nocturna caminan con sigilo por la orilla o los manglares.
También se avistan especies marinas como los piqueros patirrojo y pardo, el ternio fuscado y el noddy negro. Cada una de estas aves aporta algo distinto: color, movimiento, sonido, pausa. Y todas juntas componen el alma aérea de la isla.
Pao Pao es un espacio que se honra desde la convicción.
La isla cuenta con la certificación ACERT S.A., que reconoce su liderazgo en sostenibilidad. Además, colabora activamente con Parques Nacionales Naturales, cumpliendo normas que garantizan la integridad del entorno: desde el control de decibeles musicales hasta prácticas responsables en cada detalle de la operación.
Aquí, el turismo se adapta al entorno, no al revés.
Y quienes trabajan en la isla no son solo parte del equipo: son parte del ecosistema. Conocen a las aves, saben cuándo llegan, qué zonas prefieren, cómo se comportan. Las cuidan porque las aman, porque las sienten cercanas y fundamentales.
En Pao Pao, las aves no solo vuelan sobre la isla: le dan nombre a sus espacios más especiales. Algunas de nuestras habitaciones llevan con orgullo el nombre de especies emblemáticas como Fragata, Flamenco, Chau… y ahora, la nueva habitación Garza Real. No es una casualidad: es una forma de honrar la belleza que nos rodea.
Cada una de estas habitaciones fue diseñada para permitir una conexión íntima con el entorno. Desde la cama, desde la terraza, desde el silencio: el cielo siempre está presente. Las mejores vistas del hotel no apuntan hacia dentro, sino hacia arriba.
Dormir en Pao Pao es despertar sabiendo que lo que ocurre en el cielo también te pertenece, aunque no te des cuenta hasta vivirlo.
El avistamiento de aves en Pao Pao no requiere binoculares ni listas. Ocurre mientras desayunas, mientras caminas, mientras respiras más lento. La isla no te exige buscar. Solo pide reconexion y presencia plena.
Puedes disfrutar Pao Pao de tres formas: en un pasadía con todo incluido desde Cartagena, alojándote en nuestras habitaciones frente al mar, o llegando por cuenta propia en embarcación privada con reserva previa. Tres maneras de vivir una isla que no se parece a ninguna otra.
Aquí, el visitante no es un espectador. Es parte de una coreografía más grande. Una que sucede con o sin testigos, pero que —si se la sabe mirar— transforma.
Hay muchas formas de conocer Cartagena. Pocas de vivirla así.
Las aves no son un atractivo. Son el alma del lugar
Puedes vivir esta conexión desde el día o la noche. Visítanos por un pasadía, quédate como huésped o llega desde tu propia
Embarcación. La isla está abierta… y el cielo también.
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